domingo, 21 de febrero de 2010

XAVIER ABRIL

ELEGÍA A LA MUJER INVENTADA

(Sin formas la conocéis:
es la yedra obstinada,
la reja y el amor
apenas lágrimas de otro tiempo)

Una mujer o su sombra de yedra
llena esta soledad de lámparas vacías.

En la memoria del corazón
está marchita una flor,
un nombre de mujer.

Los ojos de la ausencia
están llenos de lluvia, de paisajes helados y sin árboles.

¿Quién conoce el nombre de esa mujer
que olvida su cabellera en los ríos del alba?

¡Qué difícil es distinguir entre la noche
y una mujer ahogada hace tiempo en un estanque!

El desmayo de una flor no se compara
al silencio de los párpados cerrados.

(De Descubrimiento del alba)




ANOCHE FUISTE NOCHE…

Anoche fuiste noche. Mi mismo sueño. Saliste de mí como de una ducha. Yo tuve el
sentido del agua en tus costados. Recién, fuiste tú salida de mí. Vuelta a mí. En mí,
Antes nunca habías sido. Te sentí en tus lentos pies. En tu apenas tierra después
del nuestro goce.

La oscuridad de tu vientre me limitó en paraíso. Yo sentí miedo peludo, sexual, de
carpa de circo en soledad.

Tu goce es el único misterio que quiero poseer en sismógrafo.

El goce de la mujer es tan fino, que puebla al hombre y pasa sus tejidos mejor que
los rayos X.

Yo no sé hasta dónde se me fuga la mujer en el goce.

Siento celos de las condiciones sexuales del hotel.

(De Hollywood)




NATURALEZA

No alcanzaré a ser puro mientras no crezca yerba de mis
pies. Hasta no saber oscuramente que en mí fluye el agua,
crece el fuego, trashuman animales.




POEMA DEL SUEÑO DORMIDO

El hombre desvelado es más fino que la brisa nacida en la frente de las mujeres
dormidas. Y si pronuncia palabra es más silencioso que la llegada del alba.

La soledad de los árboles es menos penetrante que el desvelo.
El insomnio está lleno de ratones y dientes y pestañas.
Verdadera fauna nerviosa de la que se sale sólo por milagro.




INTIMIDAD

Estas en mí tan lenta que parece agua continua. Te veo caer en
mis últimos sueños, en blancos espacios de soledad. A la distancia
mínima del deseo y de la belleza.

Oigo la música de tu cuerpo en la yema de mis dedos.

(De Difícil trabajo)




ESTÉTICA

(Realidad, incierta realidad o sueño.
Mujer siempre dormida en el poema.
Gacela despierta en suave paisaje de nube,
ausente de césped y horizonte.
POESÍA ES A CONDICIÓN DE OLVIDO)

(De Antología de la poesía latinoamericana de vanguardia 1916-1935)




LA ROSA DE SU NOMBRE

La rosa, la rosa siempre,
La rosa que acompaña.
Aquí estoy de rosa a rosa
esperando la condena
Del que a la rosa se entrega,
Disperso bajo la Luna,
Soñando la rosa que era.

No busquéis rosa ninguna,
Descubridla en Primavera.




LA ROSA MÚLTIPLE

¡Oh rosa de lejanía,
rosa de rosa lejana,
que su nostalgia bebía
en jardines de Nirvana!

Así la rosa se hacía
al misterio más liviana;
en los sueños revivía
el tiempo que fue lozana.

La rosa torna a la rosa
en vuelo de luz, dichosa,
del cielo rosa al devenir.

Íntegra forma volvía
a sentir lo que sentía
en soledad de vivir.




LA ROSA ETERNA

En la mañana nacía
vestida de su alborada;
en la tarde fenecía
cual la rosa de la nada.

Estaba abierta de día,
de noche estaba cerrada;
cantaba como gemía,
sentía cuanto lloraba,

La flor del mundo ignorada,
que sólo el alma adivina,
de su tallo se alejaba
a ser la rosa divina.

(De La rosa escrita)




PAISAJE DE MUJER

(Tú vives justamente en el momento
en que muere la flor.
Ni más ni menos:
parecida al olvido).

Tu vives lenta y suave en tono de nube antigua.
Tu país se eleva a la altura del canto elemental
de las aves y de las florecillas silvestres.

No te ignoran los regatos perdidos
ni las huellas ocultas en el invierno.

El temblor de un tallo responde en tu despertar,
Tu cabellera es la flora del paraíso.




TROPICOS

Los ratones dialogan a los pies de las
mujeres con materia, ocultas en el trayecto
de la fiebre del bosque, en la extensión
perdida de las manos, en los remansos. Los
ratones viven domésticamente con los ojos
en blanco aletargados por un sueño fakírico
donde crecen, flores y animales, avispas,
ojos y flores. Los hombres venidos de Asia
claman en medio cuerpo la temperatura del
plátano, único color del trópico. En posturas
horribles, en las formas del sueño y de las
cejas del silencio. En la forma del párpado o
del grito o de la piel o de la madera o del
animal dormido. En la forma del diente o de
la piel reseca del vegetal o en la forma de la
cabeza que cae por lo alto de la muerte
dejando en el espacio una hebra de lágrima
sin ojo.




POEMA DE LA LIBERTAD DEL CIELO

TODAVIA no me he liberado del cielo. Me falta la libertad del
cielo. De la tierra. La libertad del espacio. La libertad del silencio
y del agua. Y también la mía. La de mis brazos. La libertad en fuga
de mis deseos por los tejidos finos a través de las noches lentas.
ME falta, pues, la libertad. Cuando salgo de un dedo, caigo en
otros dedos. Pero aquí también la vida. Libertad debe ser sin vida
y sin muerte. Como la vida del agua. Como la salida de un tren o como
una cosa que no se hace. Esto mismo de que me falte la libertad
del cielo está iluminado de ángeles.
YO vivo de mi falta de libertad. De no salir y de salirme de mí.
De cuanto hago de pié y en el sueño. De pisar a veces tierra con cascos
de caballo.
YO comprendo que los ratones busquen su libertad. Es natural
el deseo de una libertad inmediata. En cambio yo persigo la libertad
del cielo. De los colores y de los ojos. La libertad de la música.
LA libertad es tan pequeña que se me figura hormiga o muchas
hormigas. Y esto es nada. La libertad déjola libre. Le doy yo libertad.
LA lluvia me liberta de la ciudad. De las miradas de las gentes. Gusto
de la lluvia que viste resplandores. Amo la lluvia que arrastra deseos.
que destila el goce en la tierra que hace correr los ríos.




EXALTACIÓN DE LAS MATERIAS ELEMENTALES

(En desnudez intacta,
escalofrío, desmayo y sueño.
Debajo de sus senos nace un río
que olvida los temblores de su cuerpo).

¿Te quieres dar a mí hasta palidecer
desmayada en la noche?
¿Y que tu cabellera encienda
los trópicos íntimos del amor?

¿Sentir la claridad del alba
anegada en tus senos?
¿Hundirte en mí,
en la temeraria orfandad de la sangre?

Yo sueño verte un día
desnuda de tallos y de aurora,
señalando la transformación de las esferas,
alta de mediodía, cenital y luminosa,
solitaria, única: ¡eterna rosa!




PATÉTICA

Caída del éxtasis,
en el atardecer, entre pasiones e incendio,
música de silencio.

Tu frente se eleva como el fuego.

Se oyen los ríos, la corriente de la libertad y del paisaje.

La hoja independiente, la gota de agua,
iguales a un cosmos o poema.

Estás allí donde la sangre canta,
en lo desnudo del aire, en la vena del alba.




TONO ÚLTIMO DEL ALBA

A una sola línea del sueño, del color que es su vida. El mundo de
mis manos se vuelve sutil en su cuello. Luego, se pierde el mundo.
Esto ya es el gozo, la media luna, el canto de primavera. De sus axi-
las veo emerger la estación, el verano.

Adormecida en el alba entre dos rayos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario