domingo, 21 de febrero de 2010

ROGER SANTIVÁÑEZ

REFLEXIONES AL PIE DE LA TUMBA DEL LOCO VICHARRA

Cuando veo tu nombre en los periódicos
pienso en la muerte, en la sorda muerte
que no sabe, que no oye, que no
escucha, que es como latón oxidado
a mis preguntas: Por qué no hubo
alguien que te diera una sonrisa,
en vez de recluirte abruptamente
en el Reformatorio, cuando habías
robado 15 libras de la bodega,
de tu barrio por palomillada,
por jugarle una pasada al destino;
el destino es como un viejo caficho
que nunca da la cara. Y así fuiste
perfectamente destruido en Maranga,
y allí, tampoco hubo nadie que
te hablara, porque los cancerberos
de todo Reformatorio, Cárcel, Asilo, Manicomio
son lo mismo: la enfermera antihumana
de Atrapados sin Salida-Pero tú
no eras Jack Nicholson interpretando
un papel, sino José Asunción Vicharra
Sánchez, un muchacho de la esquina,
al que ¿cómo recluyen? para hundirlo
más y más: De palomilla a Enemigo Público N° 1.
Ya el abandono posterior, la sociedad te dio la
espalda y no supiste sino alcoholizar tu
dolor, buscar una música entre la jerga del choro,
porque nadie quiso mirarte sino de soslayo,
murmurando basura, lumpen, ratero, asesino
y allí sí que todo fue irreversible;
después del primer disparo ya no hay
regreso posible, además, regreso ¿adónde?
si todos los corazones te fueron cerrados
si en cada recodo de tu vida, justo
en el momento en que necesitaste
una mano, nadie te la quiso dar,
por eso yo ahora te ofrezco la mía
aunque ya sea el reyno de la muerte
aunque quede tendida en el vacío
como la sensación final de este
canto de rebeldía.




ICONO

sortilegio suave sonoro sentido
bajo el sueño sonreído de tu fresca boca
es siempre el río cooper que me baña
con dorada lluvia cual perfecta dánae

estrella de puntas romas en la cima
de un agudo clima que me quema
desde el fondo de tu corazón tan
blanco el bello azúcar de tu quena

reconozco las notas de aquella canción
viene de arcadia ombligo de dibujado putti
o en la nieve intocada del país andino
nadie toca la canción sólo yo & la memoria

de tus formas presas bajo seda
o blue-jean chicha el amor en cana.




YARDBIRD

nunca el ave vuela implume
muchacha intocable e invisible
sutil voló sobre el río
inagotable fuente del vacío

palo santo apologize blanco
se esfumó en el viento
moño levantado imposible
a lo lejos lejana reunión

he soñado quise soñar
quiebra cauce tu pecado
cielo versos de un loco

sonrisa dentro de los ojos
más allá del corazón sólo
tendré rosado recuerdo.




PASTORIL

soledad de esta noche belleza
contemplada azul fugaz
silbido en la oscura
mar espesura brotada
de luciérnagas no hay
un canto no hay sinceros
veneros risadas de amargura

adónde vas cielo feroz
pulguiento como en Lima recóndita
en sus ánforas de malambito
dehesa artificial prendida
hasta la madrugada

para besar los ríos y la nieve
así hago el amor contigo
fuimos a bañarnos dulcemente calatos
& a nadie le interesa
un poco la dorada tarde

los soles de este invierno
brillan más chiquillos &
chiquillas en su opacidad
bien metida como un postre
en la boca de su amor.




GATE

la orilla del río luce brillante
pero ignoro su nombre celeste
las gaviotas cantan & se van
ahora que el río queda inmóvil

& nadie lo contempla sino yo
enredándose en las frondas
como el viento en tus cabellos
alborotados por un súbito deseo

nadie habrá de acariciarlos
salvo las estrellas nocturnas
que ya no veremos brillar
aunque tú poseas su fulgor

el cielo desnuda estos versos
oigo el viaje del mundo
mi propio destino blasfema
& asustado regreso al hogar.




CAUSAS AMOROSAS

Al atardecer suavizo mi dolor
Escribiendo una canción a tu cuerpo
Idílicas orillas junto al río
Reposan mi corazón de la sola

1

Rosa sueña la sonrisa solita bien echada
Susurrando cimbrea mimbre pleno’e fruta
Encima del cielo & la suda seda o neblina

Rayada por fierrito en su ensenada
Apresura arbusta umbrosa & arándano
Furtivos penetrantes hilados al gemido

Sus pantorrillas divinas alzan amaneceres
En la penumbra dorada de su perfecta pose
Un silencio azul atmósfera el reciento ardiente

Ruca alegría pasan las horas sudacas
Vuelve el olor del jazmín & la belleza
Infinita cuya calma obsede la razón

Ropa enamorada de tus formas
Fanales afanadas durante décadas
Por mi poema abstraído sin ti

Salmodia vespertina ya en tu trono
Alpacas arribando a la playa inexistente
Solloza el beso la arena del estero

2 (Memoria)

Mi sillón azul acerca su nada azulada
Para amar esa amargura musical que ya
Nadie escucha avanza santo en su hormacina

Tronchos ya se fueron volando solos hacia
El cielo bordado donde bordas las labores
Sobre lienzo templado en redondel costeño

Así la madre extraña su dulzura viva
& me manda al altar salesiano cada
Domingo aunque luego el yucún se

Rompa en mis rodillas como tétano
Vacunado después de la caída en bici
Cleta me descletan jugando ñocos al

Fondo de las palmas embriagadas por
Ablución que curaría la angustia ungida
No seas wamán si estás hasta la

Coronilla standar cicatriz ya no
Hubo mazamorra morada todo lo con
Traigo en la sonrisa de mi madre

Silba el gallo de la plancha de carbón
Vaho mezclas chispas alocadas sobre
El corredor de la puerta falsa amiga

De los chapes sin embargo sin chapas
En plena libertad rasguñada a cada
Rato por la solapa negativa del Amor

3

I am in God’s presence night and day,
And he never turns his face away
-Blake-

Encima del aire azúcar dormido
Trina el silencio viento cobrizo
Una muchacha se hace al crepúsculo

Alondra sonora en mi mente esquiva
Inclina amorosa cerviz sobre césped
Donde yace la luz que sola se oscurece

& ya son los párpados cerrándose
Joya tu sombra subterranean sonríe
Porque tienes la nobleza del sonido

Divinamente volada en tu distante
Rosa fuente que en su afluente
Se desliza Ofelia hasta el Azur




LA LATA CHINA

Aún conserva el fino aroma del té
increíble su constancia en una esquina
de la vieja cocina de mi madre.
A través de los años y los viajes
la he visto inmóvil en su sitio,
encima del lejano aparador
en la casa de Junín 381, muerta
niñez y pubertad infinita aquí
en Santa Isabel de nuevo la alacena,
el lavadero y la esquina con su lata.
Nadie la usa. Olvidada permanece y
es roja y es negra y es dorada.
La miro diariamente y no entiendo
qué hace allí embadurnada de tiempo.
No he podido tocarla, quizás si la abro
brote un genio oriental
el espíritu de este fino atardecer




DOLORES MORALES

1

estrella nocturna
me hablas con tus frases
secretas. ¿quién eres?
me pregunto en la solitaria
habitación donde contemplo
el cielo oscuro de mi pubertad

hay belleza en los objetos
sacramentales de este altar,
en el aire purísimo de la mansión
divina en que rezo mis oraciones
cotidianas

revelada profecía
dime suavemente tu canción
más augusta, el frescor del
agua bendita en mi corona
de espinas

aquí está mi cáliz de oro
dispuesto a la bebida sutil,
soy quien recibe las órdenes
del señor y redacta con el
divino don de la poesía

es de tarde en mi garganta
adolorida por los cantos profanos :
he de convertirme en dador
de vida y entusiasmo, sino
seré enviado de tu santa
noticia

2

tierra yerma sé que
volverás a ser feraz,
con mi oblación tendrás
los frutos deseados por
los milagros de nuestra
señora

cuando la paz llegue
a tu alma necesitada,
entonces sí comprenderé
la infinita voluntad de dar,
de regalarle tu casa
al delincuente, al pistolero
infame que sin embargo
llora desconsolado
en su madriguera

visión desmedida de luz,
miel dulcísima de pasión,
llamas ardientes vibran
en mi corazón y llueve
en belén un torrente
de lágrimas vivas, perlas
y rocío que brillan
por tu amor

ha llegado la hora de
resucitar. es verdad
que asisto diariamente
al paraíso

3

religiosa devota
vuelve a sonreír
con el pleno conocimiento
del fuego intacto

no llores por tu
buscada ascensión, siempre
serás la escogida del ángel
en las postrimerías del tiempo

tuya es la admonición,
clara la fuente en que bañaste
tus manos pulcras, cada vez
más blancas

arena intocada
resplandeces sin mácula
eres la tupida vegetación
de nuestra fé. calor amoroso
del verano ligero
en el regazo del señor

adora la reliquia
pues ya sabes que
allí mora el sueño
más perfecto :

no hay nada comparable
a su invicta intimidad

4

redimida alegría,
hoy guardo exquisita ración
para el santo sacrificio :
abre neblina hacia el sol

fiesta celeste
inequívoca altura
alcánzame el hondón
de la suprema armonía

es segura la rama del
enhiesto arbusto en
el roquedal. vayamos juntos
en unción contrita

mañana y siempre son eternos
como la morada de tus tronos
y dominaciones. sólo tú
venerable, sólo tu sonrisa
cruzando la historia

a esta hora del silencio
remito mi afán crepuscular
y postrado ante ti
sé que alumbras el perdón

anda y dile su nombre
para conmover sus ojos :
la hija de la lágrima
ya fue cantada

5

este canto es divino
igual a la eucaristía
común unión donde
gozan los ruiseñores

es pacífico su ser
cada nota sale de
la clara providencia
cada voz

suena aquí y en el confín
allí es donde el manantial
acerca sus aguas cristalinas
su frágil correntada

todo proviene del cielo
es azul como el mar
de la tranquilidad en
la luna de miel

puedes ver el rostro del señor
en las flores más fragantes
y en la chaira del lumpen
sólo nos queda orar

virgen santísima recuerda a tus
siervos otra vez heridos
ruega por nosotros

6

número del maligno
no intervenga en el poema
sacro después de cien años
en el delirio

hoy vuelvo a las primas imágenes
a los íconos primitivos carmelitas
no poseo nada en mí que no sea
la liturgia renovada

tierna es la luz cuando viene
del costado del señor, tanta
potencia ilumina el pub
de las tinieblas

frecuento la capilla del santísimo sacramento
frenesí de alabanzas conmueven sus formas
fácil es alcanzar esta gloria
sólo deja abierta la llave de tu amor

son las postrimerías de adviento
pronto amanecerá en el pesebre
y una lluvia de oro caerá
en la cerviz de los convocados

debo viajar a la capital
allí encuentro mi destino en ti
aquí he descansado de las tontas
alucinaciones

7

cifra de nuestro señor
ahora tócame partir al sur
he escrito en el nombre del divino
pastor que guía el noble rebaño

¿qué poesía más dulce entraña
su misión? ¿en qué esquina de la
tierra se alberga la visionaria
melodía? ya lo sabes

es aquí en el museo recóndito
es aquí en la caricia de las ramas
de la virgen del algarrobo;
fascinación en el horizonte

cuelga el teléfono y habla
con la modulada estrella
de su unidad cerrada no te olvides
un absoluto certero indisoluble

ya volverás a visitar el mausoleo
por lo sano caminas a los brazos
redorados que claman a tu sombra
llegarás a la cita concertada

el hallazgo y fusión de la eternidad
es el nuevo centro poético
la célula nítida sin aristas
la flor impoluta




MI CASA

Hoy
en mi corazón
suena la voz nostálgica del hogar.
Mi casa siempre es
el más claro lugar.

Está próxima mi partida
dejaré todas sus mesas sus camas
dejaré mi cuarto donde estuve muerto y jubiloso mucho tiempo
dejaré mi ventana arranque infinito de la poesía.

Mi casa
será un pedazo de mi vida
o un instante de amor rayano en el paroxismo
Seré siempre el último / siempre el engreído.
Buscaré por los caminos
un lugar que tenga la conversación de papá
y la ternura de mamá
probable es que no lo encuentre:
y entonces sea un eterno explorador de corazones.


que al final de este año
o al comienzo del verano
saldré a viajar
con mi entusiasmo impulsivo,
pero con la tristeza empapándome el alma / con mi dulce soledad
con las últimas palabras de mis amigos redoblando en mis ojos.


que jamás volveré a Piura
como hoy vivo en ella / con todo su hastío
regresaré a sentarme al lado de mi viejo
junto con mamá
los tres solos en la mesita roja de la cocina.

Infinitamente
necesitaré la palabra de él / una caricia de ella
y mi casa con mi cuarto

Miraré por la ventana
encontrando mi rostro y mis anteojos / los tormentos /
pero mi casa me dará la paz
como hoy me la entrega a diario.




PROSAS PAGANAS

1

Vengo por las tardes a escribir a esta orilla del río Cooper. Me agrada el viento susurrando entre los árboles y contemplar el silbido de distintos pajarines en la copa como ésta frente a mí, que me da su dulce y fresca sombra cuando el sol todavía se resiste a morir en la distancia, sobre los edificios de Filadelfia que puedo ver desde aquí, al fondo del paisaje verde y el cielo profundamente dorado mientras otra vez el viento sagrado me habla con sus frases claras y difíciles acerca de las cambiantes nubes de estaño y el solitario césped me regala su quietud.

2

Hay un arbusto solito en este edén. El viento apenas remueve sus delicadas hojas pero más cerca al borde del río los insectos de la noche se aproximan con sus raros ruidos vibrantes y en este instante de belleza no hay nadie sobre el pasto, sólo voces lejanas me anuncian un par de niñas montando bicicleta en la calzada. Las aguas del río avanzan sin prisa pero sin pausa y el travieso rey solar otra vez nos hiere con sus rayos súbitamente se esconde entre los cúmulos pero mi visión permanece deslumbrada. Hay alegría al otro lado del río, pero no es la mía. No me pertenece como esta canción inmóvil.

3

Al sol le place volver. De rato en rato lo hace y con inusitado brillo. Su resplandor casi ciega estas palabras en mi cuaderno del atardecer pero nada es más bello que su melodía natural interpretada por la música divina de pronto oscurecida por mi nada interna, mas allí me salva el viento con su baile sensitivo de ramajes despiertos e innombrados árboles artistas. Ya los autos a lo lejos han prendido sus luces y un avión es capaz de surcar el cielo cuando las nubes modifican su diseño. Es de tarde en mi poema y las cigarras se apresuran.

4

Ahora que el viento se hace fuerte en las manzanas, debo regresar a los brazos de mi amor. Parece que el sol definitivamente ya no saldrá del fondo de esas nubes doradas y perla. Siento que este día se termina como una canción que los pajarines ya no pudieran interpretar con sus frágiles instrumentos. Pero yo sé que mañana volveré a componer la cuculí que ahora me arrulla. De pronto el sol es un disco naranja y baja cada vez más en el horizonte de esta soledad, es un ojo rojo a través del pino escuchad: respira la idolatría del aire. Y el intocado vergel a mi costado.

5

Veo la luz oscura, toda la Realidad está en penumbra a esta hora en que escribo una página para no olvidar mi oficio. Para saber soñar todavía con esta luz que se difumina y se va deshaciendo en la floresta, mientras me baña un viento feliz como el tiempo que recorre a las parejas de amantes abrazándose en sus lechos. Entro en pánico en estas soledades donde nadie agita una sonrisa, sino el murmullo del suave fluir del río y sus ondas destinadas a sabe Dios qué mar, qué playa que no manyo ahora que el disco naranja ya está al nivel de la tierra y me consume irremediable.




VALMAR, 1

fresca rosa novella
-Guido-

Por las frondas azafrán corrió el
Venado más triste destas landas

No tenía barbas ni era estrecho
Su corazón manzana acaecida

Dorado ósculo perdido en llanuras
Calvas cavilaban sus sentires

Instrumentos de un campo soñado
No llegaba música sino oída crema

& pálpito que se enredaba con
Las flores de un afán traficante

Frontera rebuscó caninas dichas
Pasajeras de ómnibus interprovincial

Humedades desapercibidas marinas eras




STRETTI

1

Aguas parpadeantes inquietas avanzan
Sus pájaros planean y sucumben ante
El fragor del súbito sol en penumbra dorada

Silbidos variopintos abren la tersura
De intocado pétalo albur de la estación
Dársena que visito sólo por mojarme

En el pecho del petirrojo desaparecido
Y siguen los cantos en pluma leve
Junto a innombrados tallos removidos

Es el viento inmigrante clandestino
Flameantes verdes nuevecitos y su
Fragancia imperceptible en la ribera

Suavísimo repliegue ondula delicado
Arrullo del murmullo chullo en la
Frontera gotas me salpican en la orilla

2

Ruma de hojas enhiestas arriba
Remos reman rubios y soleados
Plenitud muscular la espuma atrás

Polinización de atardecer cantos
Por doquier inusitados cada
Uno en su nota se concentra

Y es feliz en la helada brisa
Diminuta brizna crin de la yerba
Sol silente trina entre su vuelo
Amor abrigo trenzado a estos versos
Lupines parvas orladas en Piedra
Horadada ya no volí a la esquina

Se escurre el tiempo stereo
Haz noctámbulo y rutilante ya
Viene en ti su soñado desatino




SANDIE & LUCY

El corazón de plástico en la Junín
¿Dónde está? Desapareció en el desván
Inexistente sería una ola y su espuma
Salobre solitaria sobre nada sin memoria

Eran dos corazones en el azar soleado
Estrechez del patio desnudo en la oscura
Fotografía que se fue perdiendo cachivaches
Desportillados finalmente no los sepultamos

Frágiles y blandos cuerpos aunque suaves
Tenían sus nombres gringos esplendores
De T.V. recién llegada a los dorados arenales
Nadie sabe dónde se escondieron porque

Candelaria la noche que jugó al ampay
Soltó una risa resonante tenebrosa pero
No se los llevó sería ébano en contraste
Si hubiera sido dulce robadora de ese sueño

Escena de ambos en su repisa bien
Sentados y vestidos contemplando muebles
Paredes u hornacinas arrimados nichos
Sólo en el sutil espíritu de un poema




SNOW SNOB

Mientras la noche en su guarida
Abre sus compuertas de sonido
Ve hacia el centro plexo solar y
Oculta sigilo azul en sus manzanas
Entonces el brillo de la nieve se
Venía con la venia del poniente
Oh frazadas en chisporroteo divino
Ya se escucha tu rumor perfecto

No es amor pero describe la pará
Bola del prístino encaje desnudado
Siesta también despierta por el sueño
Hoy volvió el perdido afán y sombra

Suya es la dulzura de los frutos
Invisibles olvidándose después de
La juntura cuya fragancia te en
Simisma y no la busques solícita

En los rayos helados oscilantes sin
Párpados celestes que huyan del
Deseo más anhelante y poseído
Esta fue tu derretida canción fugaz




MODESTO GARAGE

1 Agenor

Lejanía de tu nombre cual espina
Que llevas dibujada en la pretina
Más antigua recordada en la divisa
Por las galladas temprano en la sola

Mañana y las domésticas jugadas
Nos fuimos al colegio uno tras otro
Las pocas flores augustas son
Rieron en la vasta tierra

Sumergida precoz iluminación
De la señal ingravidad pre
Fijada por tu ceño circunspecto

Nunca en la tarde meció la
Nada como esta memoria iría
A la blasón de tu pura inexistencia mía

2 Angel (a)

Suspiros detenidos vitrina de caoba
Brillan en la seda impoluta del pelo
Más azul que peina la Modesta
Con la gracia gris frasco y fresa

Todos los días vuelven a ese sueño
Bruno y chino en la luz de unos
Ojos ardidos en perol de la natilla
Hirviente cielo motas pura pampa

Y grasa entreverada pollos la
Garza fallecida elegantísima
Estrella de los soles negados
Al viento del vergel oscurecido

Verano tras verano embarrados
Felices inconcientes tesoros de
Mamá no me encuentran en
La fina página que escribo. No.




AGLAE

Deseo sube sobre noches dudas
Por nubes traviesas de la sierra
Mojada Aglae dormida para siempre

Mató el anhelo del velado velo y
En su cielo brilló la pluma de una
Luna jamás vista. Hasta la vuelta

En su mansión de boscajes y encajes
Excitantes como húmeda hendidura bendita
Voló la bóveda bordeada por un fauno

De mi mente se hizo poesía con
Frenar el borboteo sagrado pero
Deleite al fin de su regalado sueño




PIURA REVISITADA


LA PLAZA PIZARRO

Aún recuerdo que al frente A
estaba el Mercado Viejo
con sus puertas de hierro
altas resonando en el cielo.
Aquí mordía una manzana
esperando la salida de mamá
y los churres cargando las talegas.

La Mogosa estacionada
aguarda con el motor apagado
mientras mi padre
me hace tomar algunas fotos
con el marco retocado
por la magia de las cajas ambulantes.
Ahora la plaza está remodelada
incluso lleva un sonoro nombre
nuevo, pero a mí lo que me
importa son los árboles,
la lenta caída de la tarde
y una niña veloz –con su
suelta cola de caballo–
luchando por coger
el colibrí inalcanzable.

El Mercado Viejo fue
demolido, pero no mi
infancia; sólo se fue
con La Mogosa a otra
parte. No sé dónde es.




LA SALA

Estamos frente al TV, pretérita
descansa la radiola telefunken.

Ignoro el nombre de la tela
de los muebles, solo sé
que son rugosos
y de un azul fosforescente,
como la memoria
del pasado esplendor; hoy
desvencijados rodean el bronce
y el mármol de la mesa
de centro, ausente el aroma
del jazmín que Madre
procuró. Un gobelino
del buen pastor y Las Meninas
–souvenirs del tour
de mis padres por Europa–
y los retratos en plaqué:
Mis viejos jóvenes, ella
a lo Bonnie and Clyde
y sobre todo el óleo de Álapa
–Qué verde era mi valle– decía
mi padre ensimismado, como
en el film de Hollywood, pero
era su Mantaro perdido
para siempre en estos
finos desiertos desolados.
Ahora queda el cuadro,
nada más, la sala
desordenada y todos cautivos
frente al TV por cable
hasta morir.



EL ÁRBOL DE PANAMÁ

Con sus hojas amarillentas
del invierno y ramas curvas,
secas, vencido el tallo
por los años de Madre
en otro tiempo que
nadie recuerda, vengo
todas las tardes a
sentarme en el patio
de la casa: me gustan
las losetas negras y
sus ribetes abstractos
son brillantes cuando
el crepúsculo se abate
y el viento remueve al Panamá
al borde del jardín
sábilas, macetas que Emmanuel
tumba con su pelota de carey.
Cómo hubiera alegrado
a mi padre este niño –pienso–
pero ahora muere el tiempo
se va con Papaníbal
sobre su silla de ruedas
en las fotos, se pierde
al fondo del hall. Ya no hay nadie,
ni mamá guarda la chiroca. Sólo el Panamá
permanece –mudo– dejando caer
sus amarillas hojas muertas
en las losetas del patio.




SAN TEODORO

Allí está con sus muros, rejas y mármoles.
No sé si entrar; pocas veces en verdad
he penetrado ese recinto de losas y
granito: quizá tuve miedo
a la muerte / era un campo
macabro, innecesario en mis
horas felices. Pero luego no
me pude escapar de visitarlo
al llevar en hombros el ataúd
de mi padre; la sonrisa
intacta serenísima de mamá
–separados por vez primera–
cada quien en su cuartel.
A él no le gustaba
estar solito –me dijo Coty
llorando cuando salíamos
del lugar, entre inscripciones
sacras de las augustas
familias de Piura. Mamá
dormía inmóvil bajo el vidrio,
velada en el comedor provenzal
de su casa, descolgadas las
frutas de Cezanne. Cada uno
en su nicho, entre los vericuetos
eternos, tan difícil de ubicarlos
que yo me perdería si no fuera
por Matilde Seminario que ahora
me guía –bajo este sol ardiente–
Y así sé que aquí están
los mayores. Con ella oramos
y colocamos flores frescas
en todos los recuerdos
–los abuelos y los jóvenes–
Por fín llegamos a la
calle, Lola y Aníbal
están separados. Hay
un espacio adquirido
aguardando por el mausoleo.
Sé que mi madre pidió
tres tumbas. Allí hay
un sitio para mí.




PAMELA

Canción que vuela en el horizonte del mar
Acércase a mi pura y recóndita soledad
No me dicta nada ni me hace sufrir
Sólo toca su música / silba con el viento

Del atardecer chocando con las olas.
Es tan sincera como las rocas tiernas
envueltas en el celofán de tu nombre
lejanamente escrito en los cielos del sur

Así voy volviendo a escribir poesía
A paladear las santas palabras del amor
No conozco otro ritmo para seguir
En este reino equidistante del morir

Suprema música inquieta el alma
Desvestida cual mágica fotografía
Oculta en la paráfrasis de un divino
Don solar por los requiebros de mi sombra

Antigua forma de verte soñar y caminar
Bajo la luz de tus pequeños pies distintos
A los dibujos de Dios en un aire pleno
de incógnitas y difíciles praderas

donde el verde y el azul se funden
igual que en mi corazón partido
sin caminos ni súbitas promesas.
O sea nada. Nada en la emboscada.




SAN PEDRO

la playa vuelve a mí como una celeste visión de cantos noctur- nos. claudia es pequeña y ha vuelto de un viaje a lima, me abraza con su tímida inocencia infantil. la recuerdo con su cha-chá azul y su lacio pelo cortito, jugando por la mañana sobre la arena purísima –intocada– a la orilla del mar entre los rojos cangrejos desplazándose rápidos, desapareciendo en sus huecos bajo tierra. claudia lleva un balde amarillo de plástico y observa a lontananza la bocana de San Pedro, junto a su áma de aquel verano. El día se presenta hermosísimo frente a la fresca brisa marina. el estero en marea baja nos permite entrar a sus aguas como una piscina, sin olas y con islotes de barro hasta donde llegan garzas y flamencos ofreciendo el espectáculo de una belleza inédita.
Claudia es una niña tranquila y de brillantes ojos grandes. ahora corre por la orilla mientras yo le lanzo la pelota de colores que el viento se quiere robar. y un día lo hace, y es imposible retenerla cuando vuela y se va rauda hacia los confines del desierto, por detrás de las pocas casas del balneario. pero claudia no llora, se limita a mirarme con una expresión interrogante y luego torna a contemplar la extensión inconmesurable de las dunas. por fín sonríe y camina con sus sandalias blancas hasta la sala de su casa y me llama para tomar el lonche. escuchamos radio onda corta bajo la estrellada noche de la pacífica playa del Bajo-Piura. un receptor alemán punto azul nos pone en contacto con el mundo entero. claudia y su familia esperan el encendido de las límpidas lámparas de kerosene para ir a pasear por la orilla y ver los fuegos fatuos del mar: duran un segundo como este recuerdo feliz.




ESCRITO EN LA OFICINA

Para escribir un poema
sentado en la oficina.
-Qué hacer
revisando archivos, fichas, soledades
de papel membretado y pelikanol

"Sí, Buenos Días"
"De parte de quién?"
Canción que fue a perderse por los hilos telefónicos, aullido de un perro
en la vecindad.

Esto es para llorar
y no hay ningún consuelo
entre papeles quemados en mi memoria
y tableteo de metralletas en las zonas liberadas

La canción queda varada por las innombradas
calles, por las innombradas y silenciosas avenidas
iluminadas amplias autopistas en la noche neón
y mercurio sombras de neblina rocío de los
cuerpos en el frío y la aproximación de la
madrugada.
Oh qué hacer
los buses cansados se pierden en la distancia
y no hay nada que se parezca a la vida ni
a la muerte nada que merezca ser
recordado ni escrito ni cantado
entonces qué canto aquí en mi canto
sino el vacío de las páginas en blanco
los próximos poemas un juego inútil sensitivo
para tocar como el viento urbano
la falda de las muchachas
y ya no habrá manera de recordar un amor
de estampar el silencio en la mañana de Junio
diosa de la belleza
de los deseos y las apariencias inesperadas
el tableteo de las máquinas calculadoras
obsede mi suave esparcimiento solitario
el olor a tinta fresca en la pituitaria
me recuerda mi nombre mi oficio
mi silencio de fiera repentina
pero
quien será qué será
en estos días cuello de botella

La ciudad es una concha gigantesca la bahía
un mar que la golpea sin misericordia ni
crueldad
y yo la veo caminar bajo los árboles
hacia la cita con su amante
compacto el frío en las casacas ajustadas
pero qué sola se ve una flor
en su maceta
entre 2 muros y el parquet
(de nada para nadie en el hueco del amor)
la flor se tiende sobre mí
y acaricia la sombra de la luz
en las baldosas y se deja remecer
por el aire tibio que acaso llega
desde dónde no sé
sino que al salir me esperan
las amplias avenidas silenciosas con semáforos
y soledades de asiento roto en micro—bús
al trote de un caballo

la ciudad se extiende como una peste
o una maldición
y los relojes se acercan a las 12 m.
al viento muerto que respiro
como cáncer de monóxido




RISA

Fresca te abriste el faldón izquierdo para darme
tu iluminada soledad saludando al lumpen
luego ya no lo vas a querer pero en el hueco
de ti misma te ríes con tu rojísima boca abierta

caía el semen y te adornaba las cejas te depilaba
el delicia delicioso de tu modelo nocturno
abría tu tamputokto de par en par y parías
el nuevo ser soñado por los clásicos

tu fibra blanca vibraba silenciosamente
gustabas guarapear con título de noble
el gato me nombró desde pequeña y te azulaste
rosada hada madrina de todos los deseos

si algo te alegra corre ve y dile no le digas nada
mejor suéltate una frase en su idioma guardado
va a mirar por la ventana con persiana peruana
y deja su copa de plástico en la cumbre de su sueño

el padre observa controla su soledad
pero ella sabe cómo hacerlo y me reclama su gracia
la luz será apagada en penumbra y su flota feliz
surcará mis mares callejeros donde reina la frialdad

Una sola vez se ama y para siempre Rosa Roja
Como la concha de mi madre/ No me abandonarás
no te alejarás porque ya has encarnado semillasiembra
hembra pura de los ojos arriba del corazón dilecto

en vano como tu jugo derramado en el sacromonte
de venus para el raya que no es el que realmente te raya
sino tu propicia sombra arrecha que es tu poeta
salgo a ver tu silueta escondida en una sola luz

no se ve nada además tú quieres sorprenderme
y ver cómo reacciono pero ya sabes que tú con tu rosísima
flor provocativa se pronuncia en tu sólido lenguaje
la verdad que reniega en tu pukto calzón de corazón rojo.




LOS PUEBLOS

Camino de los pueblos del norte, va el sol
y es así de simple
como la pobreza de aquellas poblaciones
en que la tarde duerme envuelta en tierra triste
Allí están los burros, o la caña
para matar de silencio o de belleza el paisaje
allá la luna cuando nadie se acuerda de mirarla
Esta es la historia de los ríos
de los valles más extraños siempre al borde de un desierto
amplio y largo hasa el pánico
Son esos pueblos. Los más solitarios
se hunden en la arena
y no hay todavía avisos luminosos
sino la misma soledad de algunos años antes
esos son los pueblos que siguen aguardando
con sus techos de paja
con un aire que muere sin los barcos
Hay una bicicleta sobre la calle asfaltada
suponemos que están doblados
hacia el sembrío
y que el sudor no mancha los arroces
sin embargo siguen perdidos
el país no existe sino un puente
que ha de llevar a alguna parte
Nada nos indica que conocen
sino sólo que viven deslomándose
que las noches avanzan como un vaho
y que es bien poco
lo que en realidad les pertenece

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